jueves, 12 de abril de 2012

Algo especial...

Algo especial...



Me he bajado del autobús en la Puerta de Alcalá. Durante algunos instantes y aprovechando los cortes de circulación he traducido , tal vez por cuarenta-ava vez los numeros romanos que indican su construcción. Nada menos que en 1778 siendo Sabatini su constructor. Los querubines en sus alturas, quiso el artista que representaran las cuatro virtudes: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza, detalle que alguien me explicó hace muchos años, su abertura central estaba destinada a la familia real, las laterales a la corte y las extremas al resto. A tal fin fue destinada una de las cuatro antiguas puertas de la ciudad, ésta lo fué también pecuaria, en la plaza de la Independencia. La reunión de las calles Serrano, Alcalá, y Alfonso XII con la puerta principal del Retiro en esta plaza, hacen que tenga una especial animación y relevancia.
Después he dirigido la vista hacia Cibeles, a sus laterales El Paseo del Prado y Recoletos, al fondo la bifurcación de Alcalá con Gran Vía. Este cuadro siempre ha sido la imágen mental de mis recuerdos de infancia; la fuente de agua gorda, en el lateral del antiguo Correos, continúa pero sin fluido, ¡cuántas veces me refresqué en ella...!
Me he permitido reflejar este pequeño recuerdo de uno de los lugares más significativos de mi tierra natal, con la natural satisfacción de haberlo visitado una vez más y la esperanza de que todavía pueda repetirlo en el futuro, si es posible.
Es algo especial para mi...

domingo, 4 de marzo de 2012

Visión

Visión.

Me he detenido en la sexta planta, abandonado la escalera mecánica.
Si la memoria no me falla, acababa de salir del Aula Cultural tras finalizar la sesión del día y retornaba a mis lares con cierta premura, pero me he cruzado en la escalera con alguien que era clavadito yo mismo, incluso portaba un libro en la mano, como suelo hacer. Me quedé sorprendido comprobando que yo ahora no llevaba nada. Reaccioné rapidamente y torné al Aula, allí descubrí el libro, justo donde había estado sentado. Lo tomé emprendiendo nuevamente el descenso. Es que antes no había salido del todo....

viernes, 2 de marzo de 2012

Sobre la escritura

Por qué escribimos...?

Esta es una pregunta que puede tener muchas respuestas.
Tal vez una razón sea que notamos cierta insatisfacción. Pensamos que a lo mejor escribiendo podemos expresar ideas o sentimientos, que no tenemos normalmente ocasión de dar a conocer, o simplemente intentar sumergirnos en mundos paralelos y adecuarlos a nuestra imaginación, es decir desarrollar una aventura y ver que tal sale.
Hay escritores que encuentran cierta compañía en sus escritos, no pueden pasarse sin escribir, sin inventar o contar cosas. La máquina de escribir o el ordenador son esenciales normalmente para desarrollar su trabajo, para plasmar sus ideas y si por cualquier fatalidad estuvieran averiados, se aprecia una soledad acusada, una falta de algo que es una prolongación del propio ser.
También podría decirse, que a veces se intenta emular a quienes desarrollan esta tarea profesionalmente; claro está que entonces y a medida que avanzas, aprecias carencias, muchas carencias. Pero entonces se te ofrece otra batalla, tratar de aprender, querer adquirir conocimientos que te son necesarios para llevar a cabo este trabajo. Posiblemente avanzarás en el tema, pero al no haber sido anteriormente tarea primordial en tu formación, es seguro que tendrás tus limitaciones.
Lo que es seguro es que el haber leído mucho y viajado, son ayudas importantes
En fin, es una batalla como he dicho, pero la vida es eso, se te plantean constantes batallas y aceptarlas es un síntoma de amor a la vida.

martes, 17 de enero de 2012

Tac, tac, tac....

- ¿Quién llama...?

- Soy yo, tu corazón, ¡despierta...!

- ¿qué me quieres...? tengo sueño...

- tengo sed, de amor supuesta,

- mañana, corazón mañana...

- ¿y si mañana no llega...?

- Tómame pues si espera.


Y viajaron al edén

por un camino de estrellas.


José Luis Guijarro Rios.

viernes, 28 de octubre de 2011

Historia de ...

Historia de una tasca, taberna, bar -cafetería, pub.

(Antes de 1930).
Buenas, en realidad soy un localito de unos 130 metros cuadrados mal contados, cuya puerta principal da a la calle de.…, también cuatro ventanales, cuando los abren, me entra un poco de oxígeno de la misma ,mezclado con la fumata automóvil. Un matrimonio de Valdepeñas optó por vender sus pequeños viñedos y solar, trasladándose a la ciudad. Nada más verme se encapricharon de mi y me compraron por no se cuantos miles de reales.
Estoy situado en los bajos de una casa de ocho pisos de las de antes de la guerra (de la nuestra no, de la primera mundial) y tengo buenos mimbres de nogal, pero dado que últimamente he sido utilizado como almacén de quesos, he adquirido un pestazo a vaca cachonda que tira para atrás. Por ello mis compradores los Rebollo, Lorenzo y Patro, se vieron en la necesidad de mantenerme al aire libre durante un mes, para ver si desaparecía el olorcito de marras. Ni que decir tiene que los vecinos por poco la arman.
A base de sucesivos albeos internos y lejía que te crió, la cosa se subsanó sin dejar heridos. Fui dotado de un mostrador de madera algo usado, acompañado de seis inestables taburetes, mesas y sillas plegables del mismo material y unos toneles de segunda mano de adorno. Como todo estaba de blanco, don Lorenzo optó por untarme de un verde rabioso, que le habían regalado por cierre de negocio, y aquello me vistió de campo de Valdepeñas para alborozo de mis propietarios. De mis paredes pendieron, en función de adornos, sendos carteles de corridas de toros que un aficionado proporcionaba y que don Lorenzo estimó como hábiles tapa-defectos y humedades. De esta guisa y nominado tasca, fui inaugurado en una tarde de primavera del año…(no me acuerdo) y concurrido por la vecindad, que se puso hasta el quico de tintorro dada la gratuidad del evento. En este plan me mantuve unos años hasta que estalló la guerra civil.
Mi propietario, en vista de los obuses y de que algunos le achacaban la reiterada bendición del vino original, pensó si no le creerían del gremio seglar y para evitar sustos me cerró a cal y canto, en espera de tiempos mejores.
Ya por los años cuarenta más que cumplidos, decidió mi reapertura, pero remozándome parcialmente y titulándome taberna, lo cual me llenó de orgullo, dado que la nueva denominación me asemejaba a mesón o posada; mientras que la anterior era sinónima de figón, bodegón o fonducho…
(Es menester hacer constar que uno está algo ilustrado…)
Fui dotado de mejor mobiliario y en mis profundidades surgió un habitáculo en donde se cocinaban ligeras viandas, a las que llamaban tapas y raciones, las cuales se dispensaban a precios módicos y contribuyeron a aumentar la categoría de mi espacio.
Como quiera que los años pasaban y también por don Lorenzo, éste un buen día decidió que su mocito, hasta ahora torpe camarero, se hiciese cargo del local mientras el fomentaba la práctica del dominó (que es una cosa que se juega con unas fichas llenas con puntitos), es decir que se tiró a la bartola (bartola con minúscula).
El niño, Lorencito, que parecía tonto pero que no lo era, se trajo a un primo del pueblo, batallaron durante unos años con la clientela y como quiera que esta aflojaba a pesar de sus esfuerzos, un buen día me cerró anunciando que lo hacía “por reforma”. La reforma consistió en que se fue al pueblo, se declaró a una prima segunda suya, que sabía era buena cocinera y con lágrimas en los ojos la pidió en matrimonio. Una vez llevado a cabo el himeneo, regresó y se fue a visitar un Banco, donde consiguió los avales necesarios para transformar mi habitáculo en cocina respetable. Asimismo adquirió mesas y sillas por un tubo en el Rastro y titulándome Bar-restaurante, procedió a la apertura, todo ello con la parienta bien situada en la cocina.
La susodicha, que era experta en judías con chorizo, garbanzos con bacalao, migas extremeñas y poco más, hubo de reciclarse a base de programas de Arguiñano y de una enciclopedia culinaria; total que si en principio solo acudían albañiles, fueron aumentando de categoría los asistentes y el tonto del nene hizo el Agosto…Por supuesto que papá se tuvo que ir a otro sitio con la peña del seis doble…
Tuvieron una parejita que se adoctrinó en los colegios más progres de la época, lo que pudieron permitirse dada la prosperidad del negocio. El varón (es un decir) con los años se vio que perdía aceite, pero era listo como él solo. La nena empezó en ballet, pero constató que cuando le alojaban billetes por las ranuras, es decir en plan strip-tease, se ganaba más y se hizo una experta en el tema.
De estas que un buen día hablaron con los papis y les aconsejaron que ya merecían descansar y podían disfrutar de su apartamento en Marbella, dejándoles el negocio a ellos.
Ni que decir tiene que la cocinera, que amén de forrada estaba harta, presionó a Lorenzo (antaño Lorencito) y la propuesta triunfó.
Me clausuran por cambio de actividad, ahora me llaman PUB (nombre inglés algo sospechoso). Me pintaron de rosapilili salpicón, mis paredes se han visto invadidas por cuadros un tanto sicalípticos. A mi inauguración una música horrorosa me invade por doquier, mientras la luz debe tener el baile de San Vito, porque no para… Aquí casi todo el mundo viste muy apretado y acude en camiseta, bebiendo una cosa verde…. Por las noches la nena baila con una barra metálica, que no se como se llama, y mis usuarios, que deben ser familia porque son muy cariñosos entre si, se pasan la noche diciendo: ¡Qué fuerte, no…!
¡Ah…! y la copa vale treinta euros.

Lo que ignoro es el motivo de que don Lorenzo, que todavía colea, se signa y santigua cuando pasa por mi puerta…

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domingo, 23 de octubre de 2011

Orígenes

Sobre los orígenes.

Casi sin querer he percibido una conversación, en la mesa vecina de la cafetería que frecuento, que me ha hecho pensar sobre su grado de certeza. Intentaré describir lo mejor posible los comentarios escuchados.
Decía uno de ellos:
.- A mi esto de las nacionalidades, de las regiones, de las provincias, etc., que hacen a muchos sacar pecho y provocan la consiguiente discusión comparativa, así como el afán desmedido de exaltar la propia idiosincrasia, con el evidente fin de ponerla un peldaño superior a las ajenas, me parece ridículo. Es más creo que lo verdaderamente importante es el concepto de barrio.
.- ¿Cómo de barrio…? -interrumpía el otro- explícate…
.- Verás, a mí lo importante, lo que me interesa es mi hábitat, la zona en que vivo, el ambiente que me rodea. Y para definirlo, no hay nada más sencillo que la palabra barrio. No importa donde se haya nacido, o vivido largo tiempo sin llegar a echar raíces, lo que importa es lo que te rodea habitualmente, lo que respiras a diario y eso es mi barrio.
.- Bien, pero el concepto barrio es un término poco…, digamos técnico.
Así de pronto, parece referirse a unas manzanas de viviendas, más o menos definidas, que forman un núcleo y cuyas agrupaciones dan lugar a las ciudades, entonces…
.- Te equivocas, verás, mi barrio empieza en mi casa, en mi familia, en mis amigos presentes o ausentes, en los vecinos que saludo a diario al cruzármelos en la escalera o en la calle.
El barrio no está compuesto solo por casas. Mi barrio es la cafetería en la que tomó un cortadito todos los días, es el puesto de periódicos que visito, es la vendedora del cupón de ciegos a quien a veces me dirijo. Mi barrio es el corto camino que me conduce a la cercana playa, e incluso su Avenida, que por su amplitud también pertenece a otros barrios.
Mi barrio son las palmeras, algunas algo decrépitas, que pueblan las calles adyacentes, es el olor que desprende el pan caliente del horno cercano. También es mi barrio, ese extranjero que se sienta en un banco frente al supermercado, accionando un acordeón de aires tristones y solicitando una ayuda, el perro perteneciente a cierto paseante, con el que a veces me cruzo y nunca me saluda y que por cierto me mira con aire de desconfianza (conocerá que platico contra las meadas caninas).
Mi barrio es el supermercado, que cada día cambia los anuncios de sus ofertas. Es la tienda de todo un poco, que a veces recorro sin fin alguno.
Mi barrio es la humedad ambiental en los días de calima y ese fresquito que circula en los atardeceres en primavera. También mi barrio son esos bancos que se me ofrecen, y utilizo a veces, para alivio de las articulaciones y el estanco de las quinielas donde la ilusión se estrella tantas y tantas veces.
En fin mi barrio son muchas cosas, supongo que como el de cada uno, y que constituyen mi vagar diario. El barrio no tiene dimensiones, puedes extenderlo hasta donde tu necesidad de campo vital precise, admite cambios de decoración y de personajes. No es un territorio cerrado. Amigo mío, el barrio es lo verdaderamente importante para cualquiera de nosotros.
No hace falta ponerle un nombre, da igual. Cuando alguien requiere mi origen, yo contesto simplemente:
“Yo soy de mi barrio, y en cuanto a mi patria, con toda certeza, mi patria empieza en mi barrio, es mi infancia…”

Bien, pues creo que me adhiero plenamente a este comentario.







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sábado, 17 de septiembre de 2011

Viajando

.- Señores pasajeros, estamos entrando en una zona de turbulencias, les rogamos permanezcan sentados y con los cinturones de seguridad ajustados. Dentro de treinta minutos aterrizaremos en el aeropuerto de Madrid- Barajas, esperamos hallan tenido un viaje confortable y volver a verles a bordo.
Don Antonio comprobó el ajuste de su cinturón y don Miguel, sentado a su diestra hizo lo propio.
.- Como le decía -explicaba el primero-, hago este viaje desde Nueva York a Madrid y viceversa al menos una vez al mes.
.- ¿Por negocios …?
.- Y por familias, también por familias, tengo compañera y dos hijos en cada capital, a los que atiendo con precisión. También una cafetería en cada población que Gracias a Dios van divinamente.
.- O sea que es usted bígamo.
.- En absoluto caballero, yo soy soltero de profesión, el matrimonio es una costumbre arcaica, implantada por unos dioses muy antiguos que no tenían otra cosa mejor que hacer. Yo estoy muy ocupado para reparar en esas formalidades obsoletas y sin embargo soy un hombre muy familiar.
.- Pues yo estoy casado y con cuatro hijos y me va muy bien en mi empleo de violinista de la Banda Municipal.
.- Bueno pues es lo mismo, yo también tengo cuatro, pero dos y dos.
Es decir dos americanos que no hablan una palabra en español y dos españoles que no tienen idea del inglés, en cuanto a tocar instrumentos
pues ya se los puede usted imaginar…variados. Si tuviese otra cafetería en China, tendría que tener familia allí, no puedo estar sin familia en ningún sitio.
.- No me parece bien que sus hijos ignoren los idiomas que su padre maneja en ambos lados del Atlántico..
.- Eso he pensado yo y tengo decidido hacer un intercambio, es decir a la americana llevarle unos años a los dos de Chamberí y a la española endiñarle los dos de Brooklyn.
.- ¡Ah, pero ellas lo saben!, es decir…
.- Naturalmente y se llevan la mar de bien, mi dinero me cuesta. Cuando Dolly viene a España, Conchi la lleva al Bingo y a comer cocido y cuando es al revés Dolly la lleva a ver la estatua de Lincoln en Washington D.C. y a leer la declaración de Independencia de los Estados Unidos , que es un rollo de tomo y lomo. .- Veo que es usted un hombre muy liberal y moderno.
.- Psch…, se hace lo que se puede.
.- Yo por mi parte también soy muy familiar, pero más modestamente. Solo tengo una familia, veraneo en el pueblo de mi mujer, que tiene Alcalde pedaneo, hago la Primitiva los jueves y esta clase de viajes muy de tarde en tarde.
El ruido de los motores se fue atenuando y el aparato lentamente dejó de bambolearse.
.- Acabamos de aterrizar en el Aeropuerto de Madrid-Barajas, señores pasajeros permanezcan sentados hasta que los motores se detengan completamente, gracias por su compañía y esperamos verles de nuevo a bordo.

.- Bueno, pues encantado de conocerle don Miguel. Que toque usted mucho en la banda esa y hasta otra.
.- Y usted que ejercite lo otro don Antonio, hasta la próxima.

Cada uno por su lado buscó la puerta de salida y una vez en la Casa de
Campo, don Miguel se dijo que se hacían amistades interesantes en
aquellas instalaciones recién inauguradas.



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